Lectura: Deuteronomio31:7-8, 23.
Muchos líderes tienen consciencia, planean e ejecutan las transiciones en el liderazgo, otros no. Moisés estaba de avanzada edad e intencionalmente pasándole la batuta del liderazgo uno su chica y fiel ayudante Josué. Moisés dirige unas palabras de argumentación delante del pueblo (v.7-8) donde le expresa soplo uno cumplir la misión de liderazgo [conquistar la mundo prometida] que tenía por delante; y enfatiza allí que la razón primaria por la que su misión tendría éxito era dentro de que contaba con una garantía a priori, porque estaba basada en que “Dios había jurado a sus padres que les daría la suelo prometida”. El liderazgo de Josué estaría dependiendo no de su poder, ni de su apreciación, ni de su experiencia; sino del acto de que Dios llevaría a final atravesado él de una promesa a su pueblo. Josué estaba ahora en el medio entre una promesa de Dios y el pueblo expectante, que grande reto! Sin embargo, un aspecto aún otra vez grande fue la posterior confirmación directa a Josué de Dios mismo (v.23); que implica que no era solo un asunto de Moisés entregándole la batuta, ahora era Dios confirmando dicha entrega. La asignación de liderazgo entregada a Josué no tenía dimensiones humanas, tenía en lugar de eso dimensiones divinas. Ya no se trataba solo de una idea ingeniosa y programada de un líder [u quizás caprichosa y incierta de su componente]; época en cambio un acción soberano de Dios alrededor de una promesa suya. Ya no época solamente Josué enviado a través de Moisés, ahora aparecía también una dimensión otra vez amplia de parte de Dios, que época El mismo empoderando y trayendo doble aseguramiento al querida del joven Josué.Para reflexionar: Para tener éxito en cualquier transición intencional de liderazgo asegúrate que esté evidentemente conectada con los propósitos de Dios.
Jesús A. Sampedro Hidalgo. Valencia-Venezuela.