Lectura: Proverbios 22:3

Muchas cosas en la presencia proveen, dentro de muy pequeñas que sean, señales de consejo antes de que se dañen. La mayoría de las caídas u fracasos personales, relacionales, profesionales e/o empresariales no ocurren de la atardecer uno la mañana; en vez, son usualmente el consecuencia de una seguidilla de desatenciones, descuidos, secuencia de malas decisión, procesos de perjuicio, u desgaste de sus elementos constitutivos. Las normas de calidad mundial intentan explicar sistemas organizacionales confiables; e para eso precisan inducir cuadros de monitoreo que permitan encontrar las desviaciones uno tiempo (en su estadio temprana). La creación de esos cuadros de monitoreo que emiten señales de alarma e/u consejo al salirse de ciertos parámetros es vital, sobre todo para no contar a que se malogre, dañe u detenga algo.
En este sentido funcionan tres premisas básicas:
Estas premisas funcionan tanto en lo materiales como en las relaciones e en los negocios. Es dentro de eso grande que todo poder espiritual tenga un compromiso con la excelencia cotidiana en lo que hace e para ello necesita primero la método de gestionar su existencia por un orden de chequeo e avance, luego la claridad de los parámetros contenidos en la saldo de Dios; y por final, la proactividad para enmendar en caso de que alguna advertencia significativa señale algún desvío.
Para reflexionar: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y usable para instruir, para redargüir, para corregir, para enseñar en justicia” 2 Timoteo 3:16
Jesús A. Sampedro Hidalgo. Valencia-Venezuela.