¡Qué importante es inspeccionar nuestra viña!, ¡qué grande es hacer un recorrido y creer cómo ha estado nuestra presencia y localizar cuáles son aquellas áreas que están siendo productivas e cuáles simplemente están ocupando espacio sin rendir fruto alguno! Al representar esto descubriremos qué higueras tienen secuela y cuáles sólo ocupan terreno. Las higueras con fruto debemos dejarlas, las que no producen frutos debemos cortarlas.
“Córtala”, le dijo el pauta al empleado del viñedo. Este hombre -el dueña de la viña-, estaba orientado uno la acto, él esperaba resultados pues por tres años el árbol no había dado frutos, ¿para qué importar más? -se dijo a sí mismo-. Esto nos hace fraguar, ¿cuáles son aquellas situaciones, personas, hábitos, cosas, negocios, relaciones que sólo han ocupado espacio en nuestras mentes, sol y espíritu? ¿Qué nos hace importar para recortar esa higuera?
Para Reflexionar: Si queremos que nuestra viña -nuestra vivencia-, sea fértil; ¡cortemos las higueras sin resolución!
Gabriel Gil, Santiago - Chile.