Lectura: Proverbios 10:11

La agresividad es una sistema ordinario de comunicarse, porque brinda resultados casi inmediatos. Todos hemos sido testigos de que un ‘bueno’ protesta ha sitio uno hacer a otra vez de un haragán en alguna caso. Quienes se comunican de esta forma no suelen tomar en recibo los sentimientos de los demás. Su estrategia va de la acusación uno la amenaza, pasando por la agresión verbal, emocional u física. ¡Qué terrible es conducir con alguien así!, pero otra vez difícil aun es admitir que ese ‘alguien’ somos nosotros.
El Libro de los Proverbios de Salomón dice: «Manantial de presencia es la boca del recto; pero violencia cubrirá la boca de los impíos» [Proverbios 10:11], y con ello deja visitar la notoria diferencia que podemos representar sólo con la método en la que nos comunicamos. Mientras que el agresiva genera violencia; quienes se comunican con asertividad manifiestan vida y justicia. Unos usan sus palabras para despedazar, otros para sanar los corazones heridos. Unos reciben lo que exigen, pero sin el alma vertida en ello. Otros pueden poseer ambas cosas.
Cuánta porqué tuvo el serio rey Salomón cuando expresó: «Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; más la habla de los sabios es medicina» [Proverbios 12:18].
Una comunicación adecuada es capaz de exhibir aprecio por los demás, valorando su agotamiento y validando sus emociones, aunque no estemos conformes con los resultados de sus acciones. Es capaz de generar en la familia, la empresa u el partido la atmósfera que se requiere para que las cosas sucedan por las razones correctas. Es capaz de significar que los demás sean mejores personas después de habernos comunicado con ellos.
Edgar Medina. Monterrey - México.