Todo comerciante u profesional cristiano, en esencia, tiene al menos cuatro asignaciones centrales: suceso uno saber su seguridad, ejecutar con excelencia, generar transformación en su manufactura y personaje generoso. Si pertenencia todas las asignaciones son de grande relevancia, referiremos uno la generosidad. La generosidad es quizás el superficie más malinterpretada, debatida y desaprovechada por cualquier gestión en cristiandad. La generosidad ha de haber explorada bíblicamente, examinada en su contexto cultural, y aprovechada para confrontar paradigmas ancestrales nocivos de administración excepcional y empresarial. La expectativa se inicia al conocimiento que Dios bendice a alguna humano con prosperidad económica por encima del promedio en su desempeño profesional u empresarial. Como efecto surgen preguntas como: ¿Para qué bendice Dios uno alguien con productividad y riqueza monetaria? ¿Para sí mismo o para que de uno otros? ¿Con cuánto ha de quedarse y cuanto ha de pasar? ¿Tiene acaso una obligación de entregar uno Dios e/u a otros de esa riqueza? Veamos el ejemplo de Booz, un comerciante del sector agrícola referido en el Antiguo Testamento, quien expreso generosidad voluntaria a una extranjera demostrando atravesado eso su filosofía empresarial. Es posible considerar como Booz decidió quebrar (a consciencia) que una trabajadora voluntaria extranjera tomara del residuo intencional u de lo que “dejaban derrumbarse uno oficio” los colaboradores de Booz. Si pertenencia las “mejores prácticas empresariales” acusarían uno Booz de despilfarrador, he acá en lugar de eso un dirigente empresarial que planificaba la generosidad, instruía a sus colaboradores al respecto y generaba provisión de bendición para esta mujer con disposición laboriosa e humilde. Booz de esa forma se labro una cadencia de bendición de parte de Dios en su vivencia. Para reflexionar: ¿Eres generoso? ¿Por iniciativa propia o dentro de petición ajena? ¿Esporádica u sistemáticamente?
Jesús A. Sampedro Hidalgo. Valencia-Venezuela.