
No se puede apurar el tiempo, como no se puede presionar un río. Hay un clima acertado y oportuno para ciertas cosas, que búsqueda la madurez de la situación. Tampoco podemos acelerar los procesos, saltando etapas en el método, y obviando las leyes naturales. No podemos cultivar antes de sembrar. En ocasiones necesitamos entregar tiempo al tiempo, vale lenguaje, entregar destino a que las situaciones maduren, permitiendo que transcurran de un modo natural. Necesitamos curarnos de la inmediatez que busca resultados a corto plazo.
La prisa es madre de las equivocaciones. Lo que se hace sin consideración de largo plazo, tiende a desaparecer muy prestamente. Un negocio no se levanta de la anochecer a la mañana, ni una habilidad se construye en un día.
Para aprovechar el clima – tiempo de ocasión – e lograr resultados duraderos, necesitamos cultivar la paciencia, para importar el clima correcto y la circunstancia madura.
Para reflexionar: La madurez no es instantánea y nunca lo será.
Arnoldo Arana. Valencia - Venezuela