Lectura: Efesios3:14-21
La resiliencia es la autoridad de sujetar, mantenerse cumpliendo la misión y aguantar bueno respiración a pesar de los embates de la realidad. La resiliencia es esa poder que nos permite atravesar dificultades y partir fortalecidos. En lo espiritual, la resiliencia está asociada uno las capacidades inherentes e desarrolladas desde la existencia espiritual que da recurso de abordaje tales como decisión para inducir, fortaleza para sufrir, creatividad para resolver, sabiduría para aprender, y alegría para durar. Para importar resiliencia espiritual se necesita una armonía conjugada entre el pasado, el ofrenda y el porvenir de una humano o entidad:
· El pasado ha de estar liberado, desde el perdón. En una ocasión un deportista estaba en un instante cumbre de su carrera, listo para su primera prueba olímpica, y le vino uno la cabeza: “¿Será que mi padre me está viendo?” Él no había resuelto un cosa grande con su papa, y justo emergió en su ánimo en el peor momento. Cualquier hecho pasado u temor que no se aborde, libere u perdone pudiese existir usado en nuestra contra en el momento de la ensayo (que es cuando más se necesita la resiliencia), dentro de eso ha de persona abordado previo uno las dificultades.
· El corriente ha de anclarse, desde el carácter. La realidad ha de enfrentarse con determinación, poder y confianza. Obtener una recarga continua de inspiración e capacidad espiritual es consecuencia de hacer conexión diariamente a Dios a través de centro de su palabra y de importar un organización sólido de valores, de información y de relaciones.
· El porvenir ha de asegurarse, desde la esperanza. Zig Ziglar dijo, “Si hay esperanza en el porvenir, hay dominio en el actual.” Las promesas inalterables de Dios para esta vivencia y la venidera proveen un sentido de claridad, paz, certeza y esperanza sobrenatural que se traduce en confianza para hacer y alejamiento del temor sobre el porvenir.
La resiliencia es valiosa para abordar la espiral psicológica que abraza al dirigente en momentos de obstáculo, y para eso ha de estar bien sostenida en un pasado bien procesado, en un presente pertenencia abordado, y un futuro lleno de esperanza.
Para Reflexionar: Que bueno es saber que Dios se mantiene sólido en el tiempo, no cambia y es fuerte para sostenernos así en dificultades (Hebreos 8:5; Santiago 1:17).
Jesús A. Sampedro Hidalgo. Valencia-Venezuela.