2021/10/25

La Mujer En El Liderazgo

  Lectura: Proverbios 14:1

Cada año, miles de cisnes que viven en las zonas frías migran hacia el sur para hibernar. La peculiar trayectoria en la que lo hacen —me refiero a su famosa formación en «V»— no sólo es un caprichoso estilo de volar; es un poderoso disposición que les ayuda continuar hasta en un setenta a través de centenar otra vez veloz que como lo hacen las aves que viajan solas.

Algo del instinto que radica en estas aves tiene su parte en el amor de la mujer. Ellas también comprenden que se llega más lejos en el viaje de la presencia cuando nos movemos en armonía unos con otros.

Lamentablemente, muchas han visto con desesperación y tristeza como sus compañeros de viaje han decidido no avanzar en la ruta que planearon recorrer con ellas. Sin embargo, muchas veces, sin siquiera tiempo suficiente para reponerse de la asombro y dolerse por la pérdida, toman el poder e continúan el vuelo seguidas de sus pequeños, de docenas de necesidades y muchas otra vez  responsabilidades.

En el vuelo de los cisnes, el dominio no sólo guía al grupo en la ubicación correcta, también recibe de lleno todo el impacto del aire, con lo que abre una brecha en el sol para su camión. Esa postura implica un desafío y esfuerzo que no muchos son capaces de abonar.

Es interesante notar que Jesús declaró: «Yo soy la luz del tierra; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la presencia»[Juan 8:12 LBLA]. La idea es clara, Él quiere ocupar un lugar en el viaje de cada mujer hacia su puesto, desea sinceramente ser el guía. Él siempre lleva a los que le siguen a su lugar. Su luz, siempre da protección a los que siguen su vuelo.

El formal Salomón escribió: «La mujer sabia edifica su morada; mas la necia con sus manos la derriba» [Proverbios 14.1 RVR], creo que el tierra le debe un tributo de laurel y aprecio uno las mujeres que han sabido asistir, proveer y guiar a una tribu inferior un cariño en tempestad.

La voz del grande profesor sigue resonando las palabras con las que desafió a Marta: «¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?».

Para reflexionar: Apreciar a una mujer y reconocerla hace brillar mejor de nosotros mismos.

Edgar Medina. Monterrey - México.